Francisco Toledo dice que la portada de un libro es la que vende. En gran parte tiene razón porque la fachada es elprimer encuentro a un volumen lleno de palabras. Es la puerta de acceso, de ahí que el impacto de la imagen sea tan penetrante para seducir al comprador para adquirir un libro. La portada de Élitros cautiva por su simpleza, sus tonos claros con toques de añil. Una constelación de chapulines danza en plena armonía, obra de nuestro admirado artista oaxaqueño, el propio Francisco Toledo. Y entre la textura de la cerámica se aprecia sutilmente una etiqueta que introduce al título Élitros, el canto del silencio absoluto. Antología 2014.
Élitros. Lo primero que uno se pregunta es qué significa esa palabra. En internet encontré un dato curioso. El grillo produce su cricrí con el roce de sus alas, frotando sus alas, llamadas también élitros. Sólo canta el macho para atraer a la hembra. Los élitros sirven como protección para las alas posteriores, que están inmediatamente debajo y quesirven para ejecutar el vuelo. En algunos casos, como en el caso de los grillos, los élitros están unidos, dejando al insecto sin capacidad de volar. Y tienen también una función de equilibrio durante el vuelo. Se cierra la cita.
Entonces me quedó algo claro. Los élitros protegen las alas, al frotarse permiten el canto del grillo macho, es decir, tienen la función de enamorar y ofrecen el equilibro durante el vuelo. Entonces me vino a la mente una hermosa historia de canto, vuelo y enamoramiento. Uncuento que todos hemos escuchado cientos de veces. Pero puede ser contada mil y un veces, que jamás dejará de sorprendemos. Y la historia cuenta esto:
“En medio del desierto había un gran palacio, impresionaba por el lujo y por su belleza. Aunque todo parecía tranquilo entre tanta hermosura, ocurría algo terrible. El sultán cada noche tomaba a una mujer y a golpe de espada, moría al amanecer. Aquella mañana el monarca dijo a su visir: “¡Necesito una esposa antes de la cena! ¡Si no la consigues, rodará tu cabeza!”. El ministro era un hombre bueno y la mayor de sus hijas, generosa, se ofreció al soberano. Sería la nueva esposa. El visir temeroso le explicó: “¡Sherezada, hija mía, ese hombre es un malvado!”. Pero ella mostró su valentía. “Padre, no tengas miedo. Tengo una idea genial”. Sherezada cada noche contaba una historia a su marido y él siempre quería saber el final. Pero ella no lo revelaba. Esperaba caer la noche y nuevamente volvía con otro cuento más y así, con su elocuencia, visitaron lugares encantados,repletos de aventuras, parajes fascinantes, donde habitaban piratas, monstruos, genios, ladrones y gigantes. No cabía duda, ella era la mejor cuentacuentos del reino y el sultán, cada noche, le concedía otro día. Al salir el sol, el rey volvía a apasionarse. Pasaron mil y una noches llenas de historias bellas, que escuchaban, encantadas, incluso las estrellas. El sultán mantenía su corazón en vilo. Con palabras había cautivado al sultán que, confundido, notó de pronto que se había enamorado. El monarca se sentía tan bien que trataba a todo elmundo con enorme bondad. En el imperio no volvió a reinar el horror. Sherezada cambió la crueldad por amor”.
Élitros. El canto del silencio absoluto sale a la luz en un momento oscuro para el mundo y particularmente para nuestro país. Un soplo oscuro nos desconcierta, la violencia ronda con sus máscara descarnada. La corrupción, en su más alta podredumbre, importuna con un descaro despiadado. Vivimos rodeados de gente deshumanizada, andamos con miedo, desorientados, en el abandono por parte de la autoridad. En estos tiempos tristes, Élitros reconforta, alivia el alma porque la fuerza de tantas hermosas palabras hace vibrar el alma de los lectores. Se habla de una luz que hipnotiza, atrae, nos ilumina.
Una maestra fue capaz de hurgar en el interior de ciertos escritores en potencia para despertar en ellos la elocuencia de su corazón. Cierto. Raquel Olvera incitó a sus alumnos a penetrar en las profundidades de su alma, a encontrarse consigo mismos. Como un rito de iniciación bajaron al inframundo. Pisaron el mundo de los muertos y trajeron consigo las palabras del sol, de la luz, de la esperanza.
Cada uno de los relatos que leí del principio hasta el final es conmovedor, historias reales, fantásticas, imaginarias, cargadas de poesía, mitos y cuentos en las que el amor, y también el dolor, son fundamentales para comprender la elocuencia de un grupo sediento de expresarse a través de las más bellas palabras: la liberación de su propio ser.
Salido de los cuentos, el héroe escrito lucha contra monstruos, villanos, usa sus poderes sobrenaturales a través de la metáfora, obtiene un tesoro, se conoce a sí mismo, y entonces es capaz de describir con la fuerza de la palabra sus hazañas. Desde el primer momento me identifiqué con el entorno de los escritores. Nuestra hermosa Oaxaca: sus calles, con cantera verde, fueron el escenario de muchas historias, con un sorbo de taza de chocolate caliente. Ser alebrije fue otra inspiración. Mi querido San Pablo, con su inagotable fuente de eventos culturales, fue también un ambiente sugerente. Por su puesto, así como en los cuentos de Juan Rulfo, los pueblos desolados por la migración, los sueños o las pesadillas del migrante son recurrentes en los escritos oaxaqueños. Es el mundo que nos rodea, con el que convivimos diariamente y también, debo confesarles, me he sentido un águila desde lo alto de Monte Albán o en la cima de Yagul.
Élitros es fruto de intensas horas de comunicación personal, de buscar la palabra exacta para nombrar una idea. Un sentimiento o una acción. 45 lectores ahora son escritores. Se nota en ellos un deseo exquisito en la narración porque sus escritos entonan a viva voz, se han permeado de la literatura infantil que no tiene fronteras en la imaginación.
Una vez más vuelvo a dar mi voto de confianza al programa de Seguimos Leyendo, que impulsa la FAHHO en Oaxaca, que me honro en presidir. Ahora se ha visto alentada con este libro, con su ardua tarea de transformar el mundo a través de las palabras que salen del corazón.
Reconozco el entusiasmo que la doctora Socorro Bennetts pone en este andar. Es emocionante saber que sus voces resuenan en tantas almas esperanzadas en las historias de Sherezada, para viajar en los mundos fascinantes cargas en la imaginación y la fantasía. Admiro la voluntad de cada lector para armonizar nuestra comunidad, hacerla más humana.
Manifiesto mi reconocimiento a la maestra Raquel Olvera, su compromiso para iluminar la noche de la belleza y caminarentre las palabras y expresarlas. Ha sido un sendero privilegiado. Y Élitros no es necesariamente el silencio absoluto. Es, a mi parecer, el canto, el vuelo y el enamoramiento que ustedes, amables lectores y escritores, permean cada vez que frotan sus alas.
En momentos tristes y alegres recurramos a la palabra, que sea ella nuestra luz que destroce la penumbra, así como lo hacía Sherezada, cada noche para ganar un día. Refugiarnos en los libros para saber que no estamos solos. En la esperanza sabremos continuar nuestro rumbo con el libro como aliado. Muchas gracias.