Título: La ciudad de las palabras
Autor del libro: Alberto Manguel
Con La ciudad de las palabras, Alberto Manguel nos ofrece una nueva muestra de su inmensa sabiduría y personalidad a la hora de escribir. Como ya hiciera en algunas de sus obras anteriores, el autor argentino reivindica, ante todo, el poder de la literatura para combatir la ignorancia. Nuestra realidad cotidiana avala esas mentiras políticas del subtítulo del libro, esa manipulación global que todos hemos aceptado pasivamente y mediante la cual se nos quiere convencer día a día de que el pensamiento crítico es algo obsoleto, innecesario, incluso elitista. En resumen, al sistema no le conviene que pensemos, porque podría ser el principio de su fin.
La literatura ayuda a combatir esa apatía mental que se nos quiere inculcar a diario. La ficción es esencial para construir la identidad de nuestro tiempo, refleja la vida con todos sus matices, verbaliza una y otra vez la complejidad de la existencia humana. En las páginas de Manguel se plantean los más diversos temas, pero en todas ellas nunca deja de palparse la insobornable fe de su autor en el poder de la ficción. Es un verdadero placer pasear por esta ciudad de las palabras, repleta de lúcidas y penetrantes reflexiones sobre el papel social de la literatura: combatir las mentiras políticas que nos quieren convencer de que la realidad que vivimos es la mejor que podamos imaginar jamás. Contra esas mentiras, tenemos las diversas verdades literarias que desgrana Alberto Manguel en este libro.
Sirvan como conclusión unas palabras de Mario Vargas Llosa, nuestro último premio Nobel de Literatura: “El efecto político más visible de la literatura es el de despertar en nosotros una conciencia respecto de las deficiencias del mundo que nos rodea para satisfacer nuestras expectativas, nuestras ambiciones, nuestros deseos (…) esa es una manera de formar ciudadanos alertas y críticos sobre lo que ocurre en derredor". Hoy más que nunca, la buena literatura debe tener como buque insignia esta idea, y si hacedores y lectores siguen comprometidos con ella, la ciudad de las palabras permanecerá viva como símbolo del innegable poder de la ficción.
YOLANDA NEVÁREZ